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Tú no eres tus pensamientos

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La guarida de los monstruos que más nos asustan está en nuestra mente. Imaginamos frases, escenarios y personajes que recrean aquéllos miedos internos que nos acechan cada vez que pretendemos avanzar hacia un estado de calma interna o tranquilidad.

Estos monstruos están ahí porque nosotras mismas les hemos enviado una invitación para apalancarse forever en nuestra cotidianidad. Con la idea construida de que jamás podremos estar en paz, les hacemos obtener sus méritos permitiéndoles día a día ganar credibilidad.

Sin embargo, hoy quiero decirte que “tú no eres tus pensamientos”. Es decir, que por más relatos e historias mentales que te cuentes sobre ti misma, tú no eres “eso”. Basar tu identidad en pensamientos acerca de quién crees que eres, es una idea muy limitante de ti misma, porque se basa únicamente en el campo de conocimiento que ya está disponible. Es decir, que restas la posibilidad de crear una realidad que aún puede estar por llegar.

Nuestra interpretación de lo que percibimos como real, se basa en el conocimiento actual que tenemos de las cosas, por lo que el flujo de nuestro pensamiento se centra tan sólo en aquello que hoy en día está a nuestro alcance. Cuando aprendemos algo nuevo: escribir, leer, conducir, cocinar, meditar… la experiencia de lo que acabamos de incorporar en nuestra vida, cambia por completo los parámetros de la realidad que concebimos hasta el momento.

Por esto mismo, creer que lo que nuestros monstruos mentales nos dicen acerca de nosotras mismas es la realidad, y que esto nunca va a cambiar, nos ofrece una visión muy reducida y poco realista de quienes somos realmente.

Existen muchas formas de cortar el grifo a los argumentos recurrentes de estos inquilinos de nuestra mente, y de ponerles bien claras las cosas en los momentos en que sea necesario. Pero el primer granito de arena para acercarnos a una visión más amplia de nosotras mismas, pasa por abrir nuestra mirada a un nuevo enfoque de lo que llamamos “realidad”. 

La paz mental tiene mucho que ver con acoger cada pensamiento sin demonizarlo, pero tampoco encumbrándolo hasta la gloria. Cuando me abro a convertir la guarida de los monstruos de mi mente en un albergue de peregrinos, la experiencia de mi existencia se abre también a percibirme más allá de mis propias limitaciones, y la calma aparece sin ser buscada.

La meditación es una de las herramientas que utilizamos en terapia individual para ampliar nuestra mirada interna y detener el bucle mental con el que nos hemos acostumbrado a identificar.

Habla con tus monstruos; quizá entonces nos les quede otra a ellos que escucharte.

Un abrazo,
Marta

Marta Labrador Pavón

Psicóloga y Facilitadora Grupal. Creadora de Calma Esencial.

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