Tomar una decisión importante para muchas personas suele ser algo complejo. La sensación de estar en una encrucijada, en la que no es posible optar por un punto medio, no es fácil de sostener.
Con frecuencia es en esos momentos cuando nos topamos con nuestros mayores miedos e inseguridades. Sin embargo, tarde o temprano nos toca elegir una opción.
Tomar una u otra a veces puede cambiar totalmente el rumbo de nuestra vida: tener un hijo, mudarse de casa, cambiar de trabajo, casarse, dejar una relación, abandonar los estudios… ¿Qué camino tomar? ¿En qué dirección ir? ¿A qué renunciar? ¿Con qué coste?… Todas estas y muchas más preguntas rondan nuestra cabeza en estos momentos de incertidumbre, y la respuesta no está escrita.
Por más buenos consejos que recibas nadie más que tú conoce lo que siente tu corazón. A veces es necesario, e incluso prioritario tomar decisiones que van más allá de la razón. Pero eso no lo sabe nadie más que tú corazón.
Cada vez que caminamos, hay unos instantes en que un pie queda en el aire, suspendido ante el vacío de dejarse caer, abandonándose ante la gravedad para llegar hasta la tierra. A veces, “tan sólo” es eso: no oponer resistencia, buscar apoyo en la tierra, sentir tu propio latido, echar la mirada al frente para reconocer el horizonte y… volver a caminar.
Algunas ideas que vemos en terapia y quizá te ayuden:
- Clarifica tus prioridades y motivaciones
- Analiza las posibles salidas de la situación
- Valora las opciones y su coste emocional
- Imagina a dónde te conducirán tus decisiones
- Siente qué es lo que te produce mayor calma interna
- No tomes decisiones precipitadas
- Ve más allá de la razón, sigue la ruta de tu corazón
Que tu corazón te guíe.
Un abrazo,
Marta
Marta Labrador Pavón
Psicóloga y Facilitadora Grupal. Creadora de Calma Esencial.
